Páginas: 104
Publicado en: 2020
Editorial: Paraíso Perdido
Arelis Uribe dice que escribe como habla, que escribe desde sus barrios, y eso me parece fenomenal. La constante tendencia de escribir cuentos crípticos con finales abruptos que nadie entiende —y que inevitablemente hacen sentir tonto al lector— cansa muy rápido. Y nótese que no estoy diciendo nombres, ¿eh? 🤷🏽♀️
Los cuentos de Arelis vienen disfrazados de anécdotas, espolvoreados de nostalgia y, por si las dudas, perfumados de voces siempre femeninas; íntimas en su desparpajo. Es una receta sencilla, pero efectiva.
Quiltras es la voz de personajes en la periferia de Chile, quienes no tienen tiempo para mucha pompa o parafernalia de la poesía. Hablan desde el contexto en el que crecieron; donde a la gente no le apena querer escapar del hoyo donde está (el llamado wannabismo que menciona Julián Herbert en la contraportada, concepto al que se le suma el arte del escapismo), y lo hacen frecuentemente desde los recuerdos 💭.
No hay mucha experimentación estructural, lo que lo hace sencillo de leer. Quiltras tocará temas incómodos pero nunca en busca del morbo o la conmiseración: lo abordará desde la perspectiva cotidiana de quienes, ya quedamos, nacieron en esta esfera. Visibilizar es una palabra muy usada ya a estas alturas, pero la voy a lanzar de todos modos: el libro ayuda a poner bajo el reflector a aquella periferia no “romantizada”, de origen no europeo, y casi no mencionada, chilena 🇨🇱.
Las páginas web eran hojas de Word llenas de gifs animados pixelados y había que conectarse a través de la línea del teléfono, en un ritual que sonaba como chicharros de robot enfermo.
¿Ya te sentiste chochito? Arelis te deja caer la bofetada de cómo pasa el tiempo.
Es un libro brevísimo, apenas llega a las 100 páginas. Los ocho relatos que lo componen se podrían leer a ritmo de maratón, pero hay algo en él que te invita a leer más lento. Sí, los puentes que Uribe tiende entre el pasado y el presente de sus personajes siempre se tratan con pinzas; se observan con lupa 🔎
Ahora, utilizar sus modismos y acento chileno no es para sacar risotadas sufridas: en México se utilizan mucho la vox populi, refranes y modismos con ganas de generar comedia de la miseria; de decir “pues ya qué, no podría ser peor pero al menos sabemos que todos lo saben, shingao”. Aquí el lenguaje 🗣️ no viene a alivianar el contexto sociocultural de Chile. Uribe narra sin aspavientos, sin pretensiones y con un lenguaje muy conversacional.
Me llamaba por teléfono, de madrugada, y en vez de hablar, ponía《La Noyée》—ese tema de Amélie— y yo imaginaba que ese acordeón me decía ven o no te vayas o yo también. Con ella desaparecían nuestros años de diferencia y me sentía otra vez una escolar.
Acá también se adivinan puntadas románticas; de los días perdidos de la escuela, de las escapadas y las idas en bicicleta y los corazones en formación 💞 . Y ya sea la hayas cursado en Bolivia, Colombia o México, las “barreras” con el habla chilena son fáciles de difuminar.
Además, debido a que casi todos los cuentos van de protagonistas que tienen amigas, novias (¡pololas, vaya!) o abuelas —muchas figuras cercanas que son mujeres—, una lentamente se va insertando en el personaje que más le convenga. Al final, esta lectura fresca se sintió como charlar con una amiga sobre su país, tras muchos años de no vernos, acompañadas por mucho pisco 🍷 pero sin muchas risas.
Cómo no me va a caer bien, si de los escritores chilenos sólo me gustan los quiltros, los sin raza, como esos perros desclasados, degenerados, sin poder, sin pedigrí, que no saben de dónde vienen ni a dónde van. […] Y Arelis. Ella es como una aparición marciana en medio de la burguesía literaria chilena, tan cuica, pituca, cheta, pija, tan blanca, macha y nerudiana, tan donosiana, es decir, tan cretina. Ella, en cambio, llegó envuelta en el pelaje de las nuestras:《Toda mujer tiene un recuerdo asqueroso》, escribió un día Arelis y es exactamente así.
Ya para qué la reseña: esta cita del prólogo de Gabriela Wiener dice todo lo que tengo que decir. Pero aun así. Punto final y arriba las sin pedigrí 🐕.
Es un Kaiju Categoría 3, mis Jaegers.
¡Esta es una reseña que NO está en Youtube, en mi canal de Leer en Neón!
Visítalo de todos modos, allí hablo sobre la literatura con amor y respeto 🤓, pero sin perder un toque de diversión. Sí, hablo de memes.
Novelas gráficas, manga, poesía, narrativa, dramaturgia… en fin, hay de todo un poco. También actualizaré los libros que compro en Insta y en Twitter.
Recuerda que en el blog seguiré subiendo reseñas, incluso de libros de los que no he hablado en Youtube 😎
Con solo una personita que le haya servido la reseña, me doy por bien servida. ¡Éntrale!
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