Páginas: 172
Publicación: 2020
Editorial: Paraíso Perdido
Clones, aliens, no-lugares 🧭, abducciones, umbrales...
Y la espeluznante sabiduría de que lo más brutal es lo que no se cuenta. Pero sí que se siente en los huesos 🦴.
Cuando las luces aparezcan (Paraíso Perdido, 2020) de Roberto Abad, es una antología de 6 relatos dividida en dos partes: ‘Formas de abducción’ y ‘Después del contacto’.
El elemento 💥en común no es alguna cronología, mundo o personajes; sino lo weird, los enigmas, el misterio; la inminencia de lo desconocido.
Este libro se suma a esta línea editorial que he distinguido —una apuesta de Paraíso Perdido— por la ciencia ficción/fantasía mexicana: obras como Paracosmos, En Época de Cerezos y Nadie Encontrará mis Huesos han sido puntos de partida y de discusión acerca de este tan temido “género”, que la crítica literaria “seria” ha empujado a la periferia. Nótese que esta línea editorial que menciono puede que me la haya inventado yo en mis debrayes de beber-refresco-y-ver-Altered Carbon 💻; es simplemente una tendencia que he identificado en las publicaciones de dicha editorial.
Aquí el índice de cuentos:
Historia sobre mi familia
El retrato
Amatlán
Los visitantes
Hijo
El último experimento
Entidades y no lugares que definitivamente no hallarás afuera... ¿o sí?
El cuento de 'Amatlán' es una verdadera genialidad, un lugar con vibras de Ixtepec y Comala pero con su propia inextinguible personalidad.
Es delirante, espeluznante, hueles la noche vasta del páramo🌵, te tropiezas por el risco, ves a los estepicursores rodando, el serpenteo de la culebra, el descenso titubeante del médico hacia la choza desmadejada. Hasta saboreas la efervescencia podrida de los frutos 🫐🍐de aquella zona arbolada. La entidad que aparece en este cuento —porque aparecen objetos y criaturas en los cuentos de Abad, reminiscentes a buenas entradas del portal SCP o a creepypastas—, tiene los bordes tan difuminados como los horrores cósmicos; en su otredad están nuestras ganas de descifrarlo. Pero nuestra sabiduría arcaica, innata, de que es mejor no hacerlo, no llega a borrarse tampoco.
Casi todos los cuentos son de final abierto. No te deletrearán al monstruo ni dibujarán el retrato del sospechoso; el villano final no te explicará cada minucia del plan malvado.
Y claro que queda cierta espinita, la molestia de querer averiguar qué sucedió, pero los cuentos terminan con mucho peso —llamémoslo la sonoridad de los buenos finales, donde casi oyes el bombo y el platillo—, y por eso no se sienten incompletos. Además, creo que esa es la intención: al igual que un humano primitivo que mira las estrellas 🌠queriendo y no pudiendo comprenderlas, Abad nos deja en los lindes de la contemplación de algo más allá de nuestros sentidos. O de nuestro entendimiento. Y allí se encuentra el miedo.
El que ha visto a través de los ojos de un noctámbulo sabe que el mundo no es el mismo y lo que vive se trastorna, se desdobla. No puedo juzgar la oscuridad, pero sí a los que habitamos en ella.
Me gustaron más los cuentos de la primera parte.
Pero debo decir que 'Los Visitantes' sí me perturbó; sobre todo porque sentía que algo se me escapaba.
Me quedé pensando en esta inquietud y lo volví a leer. Y es que la llegada de los alienígenas 👽tampoco se presenta como en película gringa, donde el personaje principal lo ve en las noticias y le avientan exposition; noticia que es punto de inflexión de la historia de la humanidad y el personaje siempre ve mientras está en un bar tomándose una cerveza. La narración empieza cuando apenas va a pasar o ya pasó (de ahí las 2 partes del libro); y conectar los puntos del suceso es lo que nos jala a través de la trama.
En cambio, ‘El Último Experimento’ es un poco más claro respecto a su suceso sobrenatural, aunque los tintes espeluznantes —las preguntas grandes acerca de la moral, de lo que nos hace humanos, de hasta dónde puede llegar la ciencia y la crueldad— también están presentes. Y me hizo recordar un poco a la trilogía de Nueva York 🏙️ de Paul Auster, al menos en términos del espionaje y el surrealismo. Me parece un buen cierre para Cuando las Luces Aparezcan; es el reflector 🔦que realza un mensaje vital del libro: el horror de reconocer una otredad indescifrable, infalible, a veces no logra superar la fascinación de no saberse solos.
Ah, y como siempre, adoro la portada.
Según el algoritmo de las encrucijadas, la variedad de colisiones irá estrechándose, haciendo que tarde o temprano veamos todos los rostros, hasta que finalmente venga la revelación y uno halle su verdadera identidad.
Es un Kaiju Categoría 3.5, mis Jaegers.
¡Esta es una reseña que NO está en Youtube, en mi canal de Leer en Neón!
Visítalo de todos modos, allí hablo sobre la literatura con amor y respeto 🤓, pero sin perder un toque de diversión.
Sí, hablo de memes.
Novelas gráficas, manga, poesía, narrativa, dramaturgia… en fin, hay de todo un poco. También actualizaré los libros que compro en Insta y en Twitter.
Recuerda que en el blog seguiré subiendo reseñas, incluso de libros de los que no he hablado en Youtube 😎
Con solo una personita que le haya servido la reseña, me doy por bien servida. ¡Éntrale!
Por fin me atrevo a dar una vuelta por tu blog.
Suena bastante bien. La imaginativa de ciencia ficción es poco explorada por este lado del charco. Ya nadie lee a los viejos, ni aunque sean buenísimos y menos le tenemos fe a lo actual. Arriesgarse a intentarlo ya sea como lector o escritor debe ser un compromiso con el género ( ¡ay sí tú àndale!).
Éste y el de Nadie encontrara mis huesos, anotados, cuando deje de hacer sangrar mi cartera me los consigo. Ademàs de una antología latinoamericana de ci-fi que vi por ahì.
Pd: este es un duplicado de algo que había escrito y no se subió🤪 bye