Páginas: 228
Editorial: Angosta
Publicación: 2023
“Mi papá dice que los animales son muy sabios, que la sabiduría y la naturaleza son la misma cosa en ellos, yo no sé, pero qué tal que ellos pudieran ejercer un poder mágico sobre la mente de nosotros, para que el ser humano fuera más noble.”
Nueva lectura: Animales de familia
Animales de familia (Angosta Editores, 2023) es una colección de 12 cuentos que van más allá de la humanidad o la bestialidad, y terminan alojándose en los intersticios donde ambas se rozan y crean reflexiones de sutil belleza.
Los cuentos: breve panorama
Si bien los humanos y sus desafíos de la vida cotidiana llevan la voz cantante, los animales en estos cuentos cargan con casi toda la fuerza simbólica.
En ‘El amo de la puerta’, una mujer adopta un canarito tras la muerte de su marido y comienza a sentir la tiranía del animalito, en ‘Huellas en el corazón’, un hombre presiente una amenaza por parte de un felino incógnito que se pelea con su gato Marañas, en ‘Morfina’, un niño enfrenta los desafíos de la escuela y el ingreso de su madre a una clínica al encontrar un tenebroso palativo en las arañas. En ‘Balada de los estáticos’, una madre obliga a su hija iniciar una colección de búhos que luego evidencia la fragilidad de la ausencia del padre, mientras que en ‘Ciclos’, un hombre contempla la invasión de una colonia de hormigas a su apartamento, y una vaquita llamada Cariño se cuela a un partido de fútbol en ‘Un equipo entrañable’.
En algunos cuentos, los animales aparecen clara y llanamente, tienen hasta nombre y un vínculo con los personajes (como en ‘Hijo único’), mientras que en otros, el animal nunca se presenta y está ligado con el estado emocional o la imaginación del personaje (tal como en ‘Pelaje’). En el cuento de los búhos, por ejemplo, estos solo son adornos y figuritas de colección; nunca el animal real, aunque eso no le resta valor a su fuerza simbólica y a la potencia poética que el autor sabe exprimirles:
“Perdió el búho de las manos y este cayó al suelo. La quebrazón sonó suave y delicada, como tocada por una varita mágica, y el muchacho sintió que era su alma la que se había quebrado, silenciosa. Se arrodilló frente a los trozos de vidrio azul, vidrio naranja, y experimentó un vacío enorme, una tristeza que no esperaba, como si fuera el fin del mundo o de una época. Recogieron juntos los vidrios.”
Un equilibrio narrativo
La literatura donde los animales tienen un rol importante que ejercer puede llegar a confundirse con fábulas, pero en este caso, el autor balancea el humor, el asombro y la ingenuidad de protagonistas niños con la volubilidad del corazón, la crueldad y la desazón de la gente que habita en Colombia. En este libro hallé familias que van a pasear el río, niños que van a visitar a su tío a la cárcel, viudas, matrimonios y adolescentes que, a través de sus vidas, tienen un encuentro con un animal; evento que vierte luz sobre su propia naturaleza.
Mi única queja, claro, está en el último cuento, ‘Los jugos de Sandy’, que a mi gusto, debió ser un cuento a mitad del libro, y no el que cierra el volumen.
Como siempre, me fijo en las ambientaciones y las descripciones de fuerza poética empleadas para lograrlas. Subrayé varias, entre las cuales destaco la siguiente, pues evidencia el oficio del autor, donde la prosa se funde con la poesía, y en la cual se cuelan los sonidos de los animales para crear una inmersión lectora:
“En la montaña, cuando apagamos la luz para irnos a dormir, la oscuridad es absoluta, es como si cada noche volviéramos al instante previo al Big Bang. Y el silencio es una sábana también oscura pero melodiosa, como debe ser el silencio perfecto, una cadencia de ladridos lejanos, cacareos a destiempo, grillos, gotas de rocío contra la pérgola, el ulular del búho y del viento.”
A seguir leyendo más de Colombia
Animales de familia, de David Eufrasio Guzmán, es apenas uno de los muchos libros que compré durante mi última visita a Colombia, pero me comprueba, una vez más, el notable acervo literario de esa nación.
“Subo la montaña y capas y capas de niebla lo cubren todo, pero intuyo el camino como una hormiga solitaria. El olor que se levanta es el del musgo, el del pantano vivo, el del agua nueva.”
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