Páginas: 240
Editorial: Penguin Random House
Publicación: 2015
Ambientada: Ciudad de México
Recuerdo que me llamó la atención la portada de los hongos, porque sabía que Umami es el quinto sabor -conocido desde siempre en Japón, relativa novedad en México- y pensé que este adjetivo, tan difícil de definir, tan fácil de saborear y masticar; era igual que intentar definir lo que hace especial a una persona, lo que la vuelve única e irrepetible.
Umami arranca presentándonos la Privada el Campanario, administrada por el sociólogo Alfonso. Se llama así porque una vez se cayó una campana y el cemento terminó tragándosela, por lo que solo sobresale la cabecita de dicha campana.
Las cinco casas tienen los nombres de los 5 sabores que distingue la lengua: Ácido, Amargo, Dulce, Salado y Umami.
Conoceremos a los habitantes de estas casas: Marina, Alfonso, Pina y Beto, la familia Pérez Walker, donde Ana será el eje según el cual comiencen a moverse las cosas.
Los temas principales que esta novela explorará serán la pérdida y el abandono. Esto es debido a que Marina vive sola con problemas de anorexia tras escapar de casa, Alfonso recientemente perdió a su esposa, Noelia, por el cáncer; la mamá de Pina la abandonó, y los Pérez Walker perdieron a la hermana más pequeña, Luz, ahogada en un lago.
Esto lo vamos descubriendo poco a poco, no te dejan caer la bomba de tragedias desde el primer capítulo.
Y lo que me gustó es que, a pesar de que la historia prometería un mar de lágrimas y cortarse las venas con galletas María, el tono nunca llegar a ser trágico.
Una luz titilante de esperanza, de la promesa de un futuro, siempre espera al final de cada capítulo.
¿Cómo empieza todo?
Ana quiere sembrar un jardín en la terraza de su casita, pero la Ciudad de México está bien tóxica (básicamente) y la tierra está llena de plomo. Quiere sembrar maíz, arroz y calabaza.
Incluso podríamos argumentar que sembrar es metáfora de renacer, y Ana -junto con toda la Privada- quieren superar el dolor y seguir viviendo.
Mientras Ana remueve la tierra y clava las semillas, sus vecinos hurgan en el pasado, y conoceremos poco a poco las manías, costumbres, y características de cada quien.
Ritmo
Habrá saltos en el tiempo -de cuando todos vivían, del momento de la muerte, de cómo se conocieron, porqué se pelearon-, pero nunca serán confusos.
El ritmo permite que nosotros como lectores vayamos desgranando misterios, uno a uno, recogiendo frases de cada personaje como flores en el campo.
No es que haya mucha acción. Claro que suceden cosas, pero esta novela es más de introspección, de pintar escenarios, de reflexionar sobre los fallos y peculiaridades de quienes amamos y ya no están.
Narrativa y Estilo
La voz narrativa de Jufresa es fresca, auténtica, íntima. Te cuenta las cosas usando un lenguaje mexicano que es amigable, familiar; que nunca llega a ser vulgar, y cuando menciona frases en francés o inglés (la mamá es estadounidense, por eso el Walker) nunca lo hace con ganas de presumir, de hacerte sentir menos como lector.
El tono siempre me transmitió la sensación de que esta novela está abierta a todo el mundo.
Además, este es un libro que no pude leer rápido, aunque el poco grosor que tenía me invitó a hacerlo. No quieres acabarlo, porque quieres seguir leyendo (y sí, sé que ese es EL cliché de la literatura).
Es un libro donde la narración es concisa, y derrocha autenticidad, honestidad. No esperaba mucho de él -lo compré porque no tenía nada que leer- pero fue una grata sorpresa. Es de esos libros que lees cada año por cariño ❤️.
Personajes
En Umami, cada palabra tiene una razón de ser, y le da más profundidad a los personajes.
Llegamos a conocerlos profundamente; a entender porqué hicieron las cosas que al inicio eran un misterio y a sentir cómo amaban a los que se fueron.
Es una novela que a veces es luminosa y otras veces oscura, que nunca se vende a sí misma como MEXICANA, pero es un ejemplo brillante y creativo de nuestra literatura hoy en día.
¡Esta es una reseña que también está en Youtube, en mi canal de Leer en Neón!
Visítalo, allí hablo sobre la literatura con amor y respeto, pero sin perder un toque de diversión.
Novelas gráficas, manga, poesía, narrativa, dramaturgia… en fin, hay de todo un poco.
Con solo una personita que le haya servido la reseña, me doy por bien servida.
¡Éntrale!
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